Según Castillo, Pedro (2012) manifiesta que Durante muchos años el tema del manejo del agua se ha limitado casi
exclusivamente al manejo de embalses, construcción de canales de riego,
drenajes, obras de captación, sistemas de agua potable, y
alcantarillado. Es decir, se han centrado en la provisión de agua para
las diferentes actividades, concentradas en la cantidad de agua que se
puede entregar a una determinada población o para una determinada
actividad. Sin embargo, Ecuador tiene una deuda muy alta en cuanto a los
esfuerzos que se realizan para mejorar la calidad del agua,
especialmente, del agua que se vierte producto de actividades
industriales, domésticas y agropecuarias.
No se disponen de datos actualizados sobre la contaminación de los
recursos hídricos en el Ecuador. Esto ha permitido que la discusión
sobre la contaminación del agua se base más en anécdotas, percepciones, o
discursos, que en datos reales. Los pocos datos existentes por
esfuerzos puntuales realizados por Universidades, Empresas de agua y
ONGs, demuestran altos grados de contaminación orgánica relacionada a la
presencia de coliformes fecales y sedimentos provenientes de áreas
deforestadas.
En el tema de calidad del agua, la
falta de información no es justificación para la inacción por parte de
los usuarios del agua para tomar correctivos en este tema. La ciudad de
Quito, por ejemplo, no posee ningún sistema de tratamiento de aguas
residuales de importancia, los que existen son muy pequeños o se
encuentran al interior de algunas industrias. Como consecuencia, el
deterioro de la calidad del agua se refleja en los altos índices de
contaminación que se registran en los ríos Machángara, Guayllabamba y
Monjas. Los esfuerzos para solucionar este problema en Quito no han dado
sus frutos y a pesar de años de estudios, millones de dólares de
inversión y actualizaciones de estudios, se estima que en el año 2018
Quito podrá contar con sus primeros sistemas de tramiento de aguas
residuales.
Lamentablemente esta situación no es exclusiva para la ciudad de Quito,
casi todas las ciudades de tamaño mediano y grande en el Ecuador, con
excepción de Cuenca y algunos sectores de Guayaquil, carecen de sistemas
de tratamiento de agua. Las consecuencias de la contaminación del agua
se reflejan en los altos niveles de parasitosis, enfermedades
diarreicas, y pérdida de la biodiversidad acuática relacionadas a la
mala calidad dal agua.
La contaminación del agua provoca que muchos ríos a pesar de tener agua
corriendo por su cauce, el agua no se puede utilizar para riego,
ganadería o generación electrica. Por tanto, se provoca una escasez de
agua limitada por la calidad de la misma y no por la cantidad. Esto
tiene consecuencias importantes en la gestión de los recursos hídricos
ya que la falta de agua en las zonas bajas aumenta la presión sobre los
páramos y ecosistemas de altura para suplir de agua de buena calidad a
las poblaciones locales.
BIBLIOGRAFÍA:
Castillo, Pedro (2012). Contaminación Hídrica. Tijuana-México: Editorial Atenas S.A. (pp 10-12). Recuperado de:http://agua-ecuador.blogspot.com/2012/04/la-contaminacion-del-agua-en-ecuador.html

